
El toisón de oro, Wolfgang Paalen, Óleo sobre tela
Como un ave nocturna
Cuyo designio es cuidar el poder de una letra
Así un guerrero protege el delirio
De las hordas indecisas ante un cielo de oro
Allá el que empuña el atroz cuchillo del odio
y en el trasfondo un brazo le extiende
la guadaña de las horas infernales
Nos salva
Una mujer que abre sus brazos y saluda
los brotes de un árbol de frutos que maduran con su canto
La marea de su enigma nos trae la gracia
de antiguos rituales a los dones de la tierra
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