LA ESTATUA DE SOL
Al lado de Pompeya había
Una jarra de agua
Pasos de piedra
Deseos de quien
Por no saciarse con el agua de sus afanes
Roca es hasta ser polvo
Agua detenida
Tiempo en témpanos
Que al olvido viajan
En océano de gritos
Existen grutas en las palmas de las manos
Del transeúnte
Que en destellos ocres parece una estatua
A punto de partir
Sólo un rayo de sal conecta sus ojos
Con el cielo
Aún tiene labios y lo que fuese sonrisa
Es el hueco que dejara
El choque de una estrella
Sus puños romperían cuerpos como cañas
Tímpanos de piedra
Reproducen ecos de gritos
Antecesores de las estatuas
Un tintineo
Queda rebotando
En el interior de un baúl
Sellado para siempre
Oleaje petrificado la montaña
Su imponente serenidad
Se transmite por las leyendas
Que trae el sol
Una noche encerrada en cripta
Impermeable a las filtraciones
Que recorren la membrana ígnea
Y esa dama de brazaletes de oro
¿En qué cofres dejó sus amoríos?
¿A dónde fueron los reflejos del azul
Y del magenta incendiando sus labios?
Su silencio nos petrifica
También su sangre en riscos de sus venas
La estatua de sol
De su húmero
Hace una flauta
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